Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

El Cristiano y la Música Secular (Segunda Parte)

Prosiguiendo con la temática de lo que podría ser bueno o malo escuchar, en este capítulo se aborda el tópico de la radicalización de las ideas, lo que en la práctica significa que nuestras desiciones se basan más en distorsionar una realidad en base a nuestra cultura que en lo que realmente la biblía nos aconseja. 
Radicalismo y Carbohidratos Simples 

En la entrada anterior introduje el tema de la música cristiana y secular lanzando algunas premisas que pienso que deberíamos tener en mente a medida que hablamos del tema. Hablé sobre la realidad de que muchos compositores cristianos oyen música secular y aun el cristiano promedio. Hablé sobre el área gris en el cual se encuentra este tema y por lo tanto, debemos recurrir a principios para regir nuestra conducta. Por último, hablé sobre la importancia de amarnos unos a otros a pesar de que pensemos distinto. Hoy sí, entremos de llenos a todo esto… 

El Problema de la Radicalización del Tema 

Para ponerle un poco de salsa picante a las mentes de quienes asistieron a mi taller, cité las palabras de un pastor amigo que me compartió una frase que me impresionó. Él me dijo: “Noel, hay música cristiana que no escucho y música secular que sí”. ¡Algunos en el taller comenzaron a rascarse la cabeza! 

A medida que seguí profundizando en el pensamiento de mi amigo él fue aun más atrevido al decirme: “Yo creo que hay música cristiana que es malo escuchar y música secular que es bueno escuchar”. ¡Ahora usted ha de ser quien se está rascando! ¿Verdad? 

Pienso que uno de los problemas de los que decimos llamarnos evangélicos es que nos gusta radicalizar las cosas. Y aunque en muchos temas la Biblia es radical y por lo tanto, nosotros deberíamos ser radicales, eso no significa que debamos radicalizar los temas que la Biblia no radicaliza. 

Detrás de la radicalización del pensamiento cristiano en cuanto a la música secular se esconde una actitud perezosa y holgazana. El evangélico es cómodo en cuanto a reflexionar se refiere. Es más fácil decir “Sí” o decir “No” que dedicar energía mental para sopesar que algunas cosas son “Tal vez”. Es más fácil determinar que algo es “blanco” o “negro” que sentarse a definir qué cosas tienen un matiz de “gris”. 

La otra vez tuve una amable discusión con algunos amigos relacionado al hecho de tomar cerveza. “¿Realmente es malo tomar cerveza?” Les pregunté. Aunque unos se quedaron callados todos dijeron que sí, que es malo. Volví a preguntarles: “¿Por qué?” Algunos no supieron qué decir y otros esgrimieron argumentos un tanto débiles. Lo que pasó con mi ejercicio intelectual es que evidenció que muchos solo repiten lo que se les dice y aceptan como malo un acto que no necesariamente es malo. 

¡Aclaración! Yo no tomo cerveza, jamás he probado la cerveza y creo que en nuestro país, El Salvador, ¡culturalmente hablando!, es malo tomar cerveza. ¿Ok? 

El punto es que yo quería llevar a mis amigos a reflexionar de que tomar una cerveza no es malo en sí mismo, que la Biblia califica de malo la borrachera, pero no tomar una cerveza. Aun así, en nuestro país es muy pero muy mal visto que un evangélico lo haga. ¿Significa esto que tomar una cerveza es malo? Siendo honestos: No debería serlo. Para comprobarlo dese una pasadita por un par de países europeos para verificar que evangélicos y protestantes beben cerveza como norma cotidiana sin que sus conciencias se inmuten. 

La otra vez me contaron de un pastor salvadoreño que fue a un congreso de pastores en Alemania y cuando salieron a almorzar a un restaurante todos los pastores pidieron una cerveza. Cuando el salvadoreño presenció eso dijo para sí:“¡Ops! ¡Estos pastores son unos borrachos!” Cuando el mesero le pidió saber qué bebida quería exclamó: “No, ¡yo prefiero un cafecito!” Todos los pastores voltearon a verlo con cara de: “¡Uy! ¡Este pastor es un drogadicto!” 


Hay cosas que no son malas en sí mismas, sino que debido a nuestro contexto cultural del latino borracho calificamos como malas. 

Regresemos al tema de la música: ¿Es malo escuchar música secular? ¡Piénselo! ¿Es malo tomar una cerveza? ¿No será que preferimos decir que algo es malo para ahorrarnos una reflexión más detenida sobre qué, cómo, cuándo y dónde algo podría ser malo? 

Al evangélico promedio no le gusta reflexionar, prefieren clasificar las cosas como “Sí” o como “No” con tal de no quemar neuronas. 

¿Son Malos los Carbohidratos Simples? 

Creo que lo que nos ha pasado como cristianos es lo que nos ha ocurrido a los nutricionistas. Mire, tengo una licenciatura en nutrición, especialidad que ejercí durante los 5 años siguientes de haberme graduado. Después de 2005, la ejerzo muy esporádicamente. El punto es que como profesionales se nos enseñó cómo debe ser la dieta del paciente diabético. 

En El Salvador hay alrededor de 600 mil personas que padecen diabetes, eso es un poquito más del 10% de la población. ¡Bastante gente! ¿No? Como usted sabe la persona con diabetes tiene un problema de absorción de glucosa (azúcar, si quiere llamarle así) que puede dispararle lo niveles en la sangre. Los alimentos que disparan súbitamente la glucosa sanguínea son los carbohidratos simples (Ojo: Son los simples, no los carbohidratos complejos). De modo sencillo, los carbohidratos simples son: la leche y las frutas (dentro de estos: el azúcar, todo lo que lleve azúcar y todo lo que sea dulce). Los carbohidratos complejos son el arroz, el maíz, el pan, la papa, entre otros. 

¿Significa esto que un diabético no puede tomar leche ni consumir frutas por ser carbohidratos simples? No, simplemente debe hacerlo con medida. 

El punto es que en la universidad nos enseñaron lo siguiente. Los catedráticos repetidamente nos decían: “Miren, del 100% de carbohidratos de la dieta del diabético el 75% deben ser carbohidratos complejos y el 25% carbohidratos simples. ¡Perooo! En El Salvador la consejería dietética que ustedes brinden debe establecer que el diabético debe consumir 0% de carbohidratos simples. ¿Por qué? Porque si usted le da un permisito al paciente… ¡Se descontrola!” 

De esa escuela de pensamiento es que en nuestro país le prohibimos el azúcar (y todo cuanto sea dulce) a quienes padecen diabetes. Porque si les damos un espacito se corromperían ante la tentación de comer y por lo tanto, descompensarían su salud. 

En cuanto a nuestra ingesta de música secular la mayoría de pastores y líderes eclesiales han hecho algo similar al asegurar que toda la música secular es mala y por lo tanto, no deberíamos oírla. Que aunque hay alguna música que tal vez podríamos consumir preferimos calificar todo como malo y así proteger la salud del rebaño. 
De nuevo pregunto: ¿Es malo escuchar música secular? ¿Es malo que el diabético consuma carbohidratos simples? ¿No será que en el fondo preferimos radicalizar nuestras posturas en lugar de dedicar tiempo y esfuerzo enseñándoles a las personas a desarrollar habilidades mentales que les sirvan para discernir qué cosas son buenas y qué cosas son malas? 

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